Javier Justiniano Medina, desarrollador de.NET de nuestro equipo, ha estado teletrabajando durante 8 años, ya que ha estado en organizaciones que están establecidas en países diferentes a aquel en el que vive. Antes de formar parte de Onetree, antes de formar parte de Onetree, trabajaba en una empresa en la que tenían reuniones virtuales solo con audio. Había una reunión semestral en la que había una sala con cámaras web, la gente las tenía encendidas durante un rato y luego las apagaba. Todo le parecía normal y normal, ni siquiera tenía una cámara web porque tenía un ordenador de sobremesa. Más tarde, ingresó en Onetree y, después de trabajar en un proyecto, lo cambiaron a otro equipo en el que su líder propuso el uso de la cámara web durante las reuniones virtuales. Empezaron a intentar usarla a pesar de que algunos se mostraron más reacios que otros. Javier, por su parte, se llevó una grata sorpresa trabajando a distancia de esta forma porque la comunicación era más personal, podía ver gesticulaciones y simular un intercambio más cara a cara. Además, al ser una persona boliviana que trabajaba en una empresa uruguaya, esta herramienta también lo ayudó a involucrarse en la cultura y a integrarse con el resto del equipo, por ejemplo, al entender los dichos uruguayos de una manera más fácil. En general, cambió su forma de comunicarse con los clientes, los miembros del equipo y, por lo tanto, su forma de realizar su trabajo: «Cuando trabajaba en un proyecto, podía ver a través de gestos, expresiones faciales, etc., las palabras que no se decían», dijo Javier.
¿Cómo afecta esto a trabajar con un cliente o a seguir el mismo camino cuando se trabaja con otros miembros del equipo en un proceso? ¿Qué diferencia hay en la forma en que uno realiza su trabajo? Proponemos cambiar el rumbo de los temas sobre los que siempre escribimos, solo para este artículo, para explorar estas cuestiones: el uso de una herramienta que cambia no solo la forma en que ejecutamos nuestro trabajo y nos comunicamos entre nosotros, sino también la forma en que nos conectamos con nuestros clientes, lo que, en general, afecta al éxito de nuestros proyectos. Y todo esto especialmente en el mundo actual.
En general, cuando se proponen ideas o modificaciones de software a los clientes, uno recibe más comentarios de sus expresiones faciales que de sus palabras. Un «sí» como respuesta no es lo mismo si viene con una sonrisa o con el ceño fruncido. Desde un punto de vista comercial, el uso de la cámara web nos permite no solo tener la certeza de que no estamos malinterpretando lo que el cliente está comunicando, sino también entender mucho mejor sus puntos débiles, su experiencia previa, su situación actual y sus objetivos. La clave del éxito de cada proyecto comienza por entender a nuestro cliente de la mejor manera posible; en ese entendimiento basaremos las soluciones que propondremos y la forma en que las llevaremos a cabo.
En el equipo de desarrollo, al usar esta herramienta, los miembros interactúan con personas que sienten que conocen, lo que genera cohesión, ya que poder ver el rostro, los gestos y las expresiones de la otra persona les permite conectarse a un nivel superior. Además, «... mirar a la cara de los demás compañeros genera más compromiso», expresa Javier, «y la comunicación es más humana porque hay muy pocas personas que pueden controlar por completo sus reacciones y expresiones faciales». Javier dice que hay una mala costumbre entre los desarrolladores a la hora de trabajar de forma remota. Cuando hacen una presentación, dejan la cámara encendida solo durante la parte de la presentación en la que han participado. Una vez apagada la cámara, teniendo la libertad de no ser visto, uno se coloca cómodamente y pierde el enfoque en la presentación. Tener que dejar la cámara encendida obliga a prestar atención y a involucrarse en el resto de la presentación, internalizando conocimientos importantes que luego es útil desarrollar porque se comprende todo el proceso del software.
Además de esto, la comunicación con otras personas, ya sean compañeros de trabajo o clientes, mediante la cámara web ahorra tiempo porque el lenguaje no verbal expresa mucho más que el lenguaje verbal. Esta es la razón por la que se puede entender, por ejemplo, cuando alguien no está del todo convencido de una idea o solución mediante el lenguaje verbal y no verbal de una manera más rápida y sencilla que mediante el lenguaje verbal únicamente. Según algunos estudios, el Dr. Mehrabian llegó a la conclusión de que la interpretación de un mensaje es un 7% verbal, un 38% vocal y un 55% visual. Por lo tanto, el 93% de la comunicación es de naturaleza «no verbal» (Dustin Smith, 2020). Los gestos con las manos, las expresiones faciales, las miradas, etc., colaboran con lo que uno dice y ayudan a percibir si la otra persona está nerviosa, satisfecha, insegura, entre otros. Javier explica que a veces tienen que delegar tareas que consideran sencillas, y que si las personas en las que se lo delegan ocupan un puesto más subalterno, puede que no les resulte tan sencillo. En estos casos, es mucho más fácil ver si la otra persona es comprensiva, se pone nerviosa o está un poco perdida. Es normal, cuando uno está empezando, tener miedo o timidez a la hora de preguntar sus dudas, especialmente cuando se trabaja a distancia.
El uso de esta herramienta ayuda a Onetree a ser más Onetree. ¿Qué significa esto? Significa que permite materializar sus valores durante el teletrabajo, porque hace que nuestra comunicación entre nosotros, con los clientes, los participantes de las reuniones, etc., sea más humana. Es más fácil ser una familia y un equipo, que es el objetivo de Onetree, viendo nuestras sonrisas, frunciendo el ceño o nuestras preocupaciones y ayudándonos unos a otros, que estar aún más lejos de lo que ya estamos cuando trabajamos a distancia.
Referencias
Smith, D. (2020, 12 de enero). Comunicación no verbal: cómo el lenguaje corporal y las señales no verbales son clave. Recuperado 17 de febrero de 2021, de https://www.lifesize.com/en/communication-solutions/blog/speaking-without-words/