Cuestionar los procesos de nuestros productos para mejorar nuestras entregas.

Diseño
QA
Matias Canobra
Matias Canobra
Matias Canobra
Matias Canobra

El año pasado hicimos un análisis retrospectivo de algunos de nuestros proyectos completos con los representantes de cada equipo: diseño de UI/UX, control de calidad (control de calidad) y desarrollo, en el que cuestionamos y comentamos los aspectos positivos y negativos de todos los proyectos. Entre ellos, descubrimos que había oportunidades de mejora en algunos puntos del proceso y nos dimos cuenta de que necesitábamos trabajar de una manera más conectada entre los equipos. Esto no solo nos permitiría aprender unos de otros, lo que sería enriquecedor, sino que también permitiría a cada persona, dentro de su función, tener una visión general del proyecto.

Hasta entonces, el equipo de control de calidad solía participar en la última fase del proyecto. Participaron parcialmente, prestando atención a las funcionalidades una por una, sin poder ver el panorama general del proyecto. Como se detectaron errores al final del proceso, hubo que volver a trabajar. Además, el equipo de control de calidad no interactuó con el equipo de diseño de la interfaz y la experiencia de usuario, ya que trabajaron en diferentes etapas del ciclo de vida del proyecto. Esto creó un problema, ya que UI/UX diseñaba el software y se suponía que el control de calidad debía validar que funcionaba correctamente. Por lo tanto, para corregir estos aspectos y hacer que el proceso fuera más eficiente, decidimos seguir un nuevo proceso. Si el equipo de control de calidad participara desde una etapa temprana, esto permitiría una interacción entre todos los equipos y una comprensión detallada del proyecto por parte del control de calidad. Además, permitiría a QA asegurarse de que toda la documentación está completa para evitar perder tiempo a la hora de desarrollar, probar, proponer y definir diferentes escenarios. De esta forma, el equipo de control de calidad puede avisar a los equipos de UI/UX y BA en caso de que no se hayan tenido en cuenta esos escenarios, y crear casos de prueba para que los desarrolladores tengan todo lo que necesitan antes de la implementación. Los desarrolladores podrán apoyarse en ellos para tomar la mejor decisión y, de esta forma, se reducirá la necesidad de trabajar.

Al igual que en cada definición de producto digital, empezamos por entender el problema que vamos a resolver. Hacemos las preguntas necesarias en las primeras etapas y guiamos al cliente a lo largo de la etapa del proceso de investigación. Según nuestra experiencia, esto no solo nos ayuda a ganar tiempo y ahorrar dinero, sino que también nos ayuda a tener una visión clara de las especificaciones del producto, así como de las necesidades y los puntos débiles de los usuarios. Esta fase lleva tiempo, pero nos ayuda a asegurarnos de que llevaremos el producto en la dirección correcta. Una vez que finaliza la etapa de investigación y se recopila toda la información necesaria, comenzamos con la etapa de ideación. Durante esta etapa definimos tres aspectos: «quién», «qué» y «cómo», en los que respondemos a las siguientes preguntas. «Quién»: ¿A qué grupos de usuarios ayudará el producto? «Qué»: ¿Qué problemas solucionará? «Cómo»: ¿Cómo los resolverá? En esta etapa, nuestra visión del producto se va aclarando poco a poco, ya que se basa en datos reales recopilados en la etapa de investigación anterior, en lugar de en suposiciones. Generamos diferentes ideas y soluciones que cubren los objetivos del negocio y las necesidades de los usuarios. Las personas de los usuarios, los mapas de viaje, las historias de los usuarios y los escenarios de los usuarios son algunas de las herramientas que utilizamos para definir el concepto del producto. Cuando finaliza la fase de ideación, hacemos que el producto sea tangible a nivel de estructura alámbrica con el fin de validar las ideas rápidamente, mantener a las partes interesadas alineadas con la solución y detectar y eliminar posibles errores en las primeras etapas. Después, todos los equipos (desarrollo, diseño de UI/UX y control de calidad) se reúnen para conocer las funcionalidades del proyecto. En esta etapa, se evalúan los diseños y el equipo de desarrollo puede dar su opinión si detecta que el diseño propuesto no se puede implementar en el tiempo estimado.

Dado que se trata de productos digitales complejos, el equipo de diseño de UI/UX puede pasar por alto algunos aspectos. El papel del diseño de control de calidad se vuelve crucial. Por eso, este nuevo proceso tiene como objetivo dar al equipo de control de calidad la capacidad de revisar todo desde el principio, asegurarse de que no falta ningún escenario y de que todo está completo. Esto ayuda al equipo de desarrollo a tomar la mejor decisión a la hora de implementar la solución. Al mismo tiempo que el equipo de control de calidad realiza las pruebas de diseño, crea los casos de prueba. De esta forma, aprovechan el ejercicio de pensar en los posibles escenarios, informan de los errores detectados y dejan al equipo de desarrollo toda la información necesaria para la solución a fin de evitar posibles errores y volver a trabajar.

Este nuevo proceso ahorra tiempo y dinero a nuestros clientes y les garantiza una mejor calidad desde el principio. Además, otra ventaja que ofrece este enfoque, para los QA, es conocer el producto de principio a fin. Esto nos permite tener una visión general en lugar de conocer las funcionalidades por separado y poco a poco. Aprender desde el primer día y en colaboración con el equipo de diseño supone una mejora radical, ya que permite a los responsables de calidad entender por qué se han tomado determinadas decisiones sobre la interfaz de usuario y la experiencia de usuario y, además, les permite presentar sus argumentos a la hora de realizar un control de calidad funcional.

Además de contar con un equipo de desarrollo, un equipo de diseño de UI/UX y un equipo de control de calidad en nuestro equipo que diseñan y desarrollan productos digitales, estamos siguiendo un nuevo proceso para hacerlo juntos, lo que representa un valor agregado. Esta dinámica de trabajo, que consiste en pensar los productos en equipo desde el principio, es un valor diferenciador que nos encanta aportar a nuestros clientes.

En su conjunto, este nuevo proceso propone avanzar en equipo. Su objetivo es asegurarnos de que estamos constantemente alineados y entendemos los mismos conceptos, conocimientos y condiciones en relación con el producto, los objetivos del cliente y las necesidades del usuario. Como el equipo de control de calidad participa permanentemente en cada etapa, el equipo de desarrollo puede consultarlo, ya que comprende el producto y sus flujos. Trabajar en equipo garantiza que todos estamos en sintonía, lo que repercute en el tiempo y se traduce en costes y en la calidad del producto, beneficios que nuestros clientes valoran cuando trabajan con una empresa con visión de futuro como Onetree.